En el taller de la costurera

Estas son dos muñecas más del encargo de personajes del período Eduardiano en el que estoy trabajando. Se trata de una costurera y su cliente, que ha venido a probarse un elegante vestido de fiesta.

La costurera está arrodillada en el piso tomándole el dobladillo... 

... mientras la joven, vanidosa, gira un poco el cuerpo, tal vez para verse en un espejo. 

Las manos de la costurera han sido modeladas para sostener con la izquierda el ruedo del vestido, y con la derecha un alfiler, hecho con un pedacito mínimo de alambre de plata muy finito pegado entre los dedos. Creo que si agrandan la foto se llega a ver bien. 

 El vestido de la joven es de seda natural, es verde claro, suavemente tornasolado. Los detalles del escote, falda y puños viejo los hice con un trocito de cinta plisada color rosa viejo.

 Lleva un cuello para tapar la terminación de las mangas y del escote, y una cintura bien ajustada, en cinta de seda color rosa.

Por detrás se ve que el vestido tiene un poquitín de cola. El peinado es simple, un recogido flojo, rematado en un manojo de bucles finos, con un pequeño bouquet de flores en tonos de rosa a un costado. 

 El cinturón remata en un lazo a un lado del cuerpo, de donde sale el volado plisado.

Debajo del vestido, aunque no se vea, tiene pololos de raso con borde de puntillas, y una enagua de encaje con dos pasacintas rematados en diminutos miñitos en cinta de seda blanca. 

 La costurera tiene una cara de resignación que ni les cuento, jajaja... El uniforme de trabajo (que será el mismo para otras dependientes de la tienda) es una falda en granate y una blusa color crema, con gran cuello y lacito granate.

Por detrás se ve el peinado simple, recogido en un rodete en lo alto de la cabeza, los botoncitos que prenden la falda, y la terminación en punta del gran cuello de la blusa.